jueves, 30 de septiembre de 2010

martes, 28 de septiembre de 2010

APOTEGMA (9)

Deseaba en sus cuadros proponer la salida a un mundo mejor, por ello siempre pintaba puertas abiertas de todos los tamaños y formas que los ojos de los espectadores cerraban.

sábado, 25 de septiembre de 2010

DOUGLAS ADAMS; “GUIA DEL AUTOESTOPISTA GALÁCTICO”.

De entrada tres perogrulladas hay que escribir de esta obra: ha sido explotada hasta la saciedad (radiocomedia, cinco libros, serie de televisión, película, comic, videojuego, prendas y cacharros varios) ergo nada queda por descubrir; segundo, pertenece al género de la ciencia ficción, caricaturesca y bufa todo lo que se quiera pero pura ci-fi, sin nada que envidiar a otras obras hermanas de naturaleza que pasan por más sesudas; por último, la Guía del Autoestopista Galáctico es una especie de Wikipedia cachonda del cosmos contenida en un, más o menos, e-book, actual a tope.

La comedia levanta el telón con una tragedia apocalíptica, apenas una leve explosión en la inmensidad del universo; el planeta Tierra es destruido en menos que canta un gallo para permitir la construcción de una autopista galáctica, no somos nada, la raza humana y su hábitat pueden ser borrados en un instante sin que por ello se alteren las fuerzas del espacio infinito. A partir de aquí el lector se teletrasporta a una aventura cósmica que protagonizan, un terrícola perplejo, su amigo un ET humanoide poseedor del libro La Guía del Autoestopista Galáctico (ambos actores sobrevivientes del gran Armagedón), un expresidente de la galaxia bicéfalo, juerguista, ladrón y aparentemente idiota, una astrofísica curiosa (la única mujer humana salvada antes de que la Tierra hiciera patapum) amante del expresidente y amor imposible del terrícola, un robot paranoico y maníaco depresivo que se siente infravalorado, un ordenador vitalista con vocación de mamá clueca y, claro está, no se puede hacer una paella sin una buena paellera, una nave espacial con la que vagabundear entre las estrellas, para escapar de la poesía del jefe de los Vogones tan mala es que puede matar a quien la escucha o explorar el increíble planeta que nunca existió donde se construían por encargo planetas de lujo para ricachones descontentos con los mundos que habitan; viajar sin pretender que el viaje sea educativo, ni civilizador, ni siquiera que suponga un proceso de descubrimiento personal, con el sólo fin de disfrutar, de regocijarse de estar vivito y coleando lo que no impide que se busquen las respuestas a las preguntas esenciales de la vida; aquí reside la contradicción que con la misma naturalidad del correr de una gacela hace del esperpento lo cotidiano. Narración absurda, surrealista manteniendo la lógica del fino humor que nos arranca sonrisas y cavilaciones sin darnos cuenta.

Para alivio de tanto cinismo grosero que es celebrado como humor inteligente, se agradece la lectura de esta novela. Magnífica terapia para descomprimirse de los avatares cotidianos; una vez que cierras el libro te sientes feliz y contento.

jueves, 23 de septiembre de 2010

martes, 21 de septiembre de 2010

domingo, 19 de septiembre de 2010

MARK O´HARE; “CIUDADANO CAN”.

Que el autor es o fue lector de Carlitos y Snoopy se nota su influencia en los personajes (Fergus y Mel) y en la línea argumental de estas tiras humorísticas publicadas, con éxito de público, en más de un centenar de periódicos de los USA.
Los animales cuando se humanizan adquieren principalmente todos los vicios y defectos de los seres humanos; prefieren jugar al ajedrez a traer la pelota o el frisbee; eligen sus propios collares; nunca la duración del paseo les parece suficiente; se quejan constantemente de la calidad y la cantidad de la comida que reciben; entierran sus huesos, con mala baba, arruinando las mejores flores del jardín; persiguen al cartero con el fin de robarle la correspondencia de los vecinos y poder cotillear sus intimidades; martirizan, fieles a sus instintos, a los gatos del barrio; piden en francés el menú en los restaurantes de lujo; expresan sus preocupaciones ecologistas denunciando el deterioro de los ecosistemas terrestres; sufren de sobredosis de ego, son caprichosos hasta le exasperación como niños mal criados; consideran a sus amos (blanco de bromas pesadas) tontos de capirote de los que hay que aprovecharse sin escrúpulos. Impertinentes, exigentes, intolerantes y egoístas, reflexionan sobre si hay vida perruna en otros planetas y además quieren ser irónicos, mordaces, graciosos y divertidos, si lo consiguen o no eso queda a gusto de cada cual.
A un servidor nunca le gustaron los perros listillos y sabihondos que se muestran como los seres humanos listillos y sabihondos, será por eso o porque (a diferencia del autor) comparto mi espacio con un ciudadano can, que a muchas de estas tiras no las he encontrado su chispa.

jueves, 16 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

viernes, 10 de septiembre de 2010

HAYDEN HERRERA; “FRIDA”.

Donde digo Diego digo Frida, donde digo Frida digo Diego y donde digo Frida y Diego digo Méjico. Dos nombres unidos por la vida, por el arte y por el mito, símbolo y señal de la imagen artística de un país.

Frida Kahlo de niña la poliomielitis, a los 18 años un terrible accidente, el destino no quiso ser benevolente con su salud pero la naturaleza sí lo fue con su talento; maldita compensación. Sus cuadros explican su existencia porque son su existencia: la frustrada maternidad, la turbulenta relación con Diego Rivera, los amantes (siempre asociado el nombre de Trotski), los amigos, la ideología y el dolor, por encima de todo el dolor. Autorretratos como proyecciones del cuerpo astral, fenómenos de bilocación, hunden sus raíces en ella misma para extraer la savia de las emociones (la mujer convertida en tierra que nutre el arte) liberándose de las pasiones, las obsesiones y el sufrimiento. A la imaginación no se le pueden poner corsés ortopédicos, inquisiciones terapéuticas. Pintar para exorcizar la angustia, para salvarse, para vivir; válvula de escape de la rabia y la amargura; estilo de aparente ingenuidad folclórica convertido en señas de identidad; obra vestida con sus trajes de tehuana como si el mundo fuera una fiesta de reivindicación étnica y colorida alegría que no impide mostrarnos el interior de su alma.
 
Biografía amena, interesante porque el personaje lo es y mucho, no escarba, más allá de lo necesario en el morbo de sus gustos sexuales o en sus múltiples intervenciones quirúrgicas; aparecen sus amantes con la misma discreción que desaparecen. Conocemos a una mujer que le gustan los grandes almacenes y las tiendas del barrio chino donde se venden artículos baratos, que prefiere los mariachis a una orquesta sinfónica; descubrimos su escaso interés por el surrealismo (diríamos desprecio) tanto como su amor por la naturaleza, los perros, los niños y las muñecas, éstos tres últimos paños calientes de sus estériles gestaciones. Y si hay que dar un palito ese se le lleva Diego Rivera a quien muestra como un sátiro lúbrico y egoísta de encantadora personalidad.
La vida se va, el arte permanece.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

APOTEGMA (6)

Hay miradas a las que agradecemos la capacidad de asomarse con serenidad a una corazonada.

domingo, 5 de septiembre de 2010

MICROPOEMA (5)


Si de repente
se posara mi alma
en la palma de tu ala.

sábado, 4 de septiembre de 2010

TANEDA SANTÔKA; “EL MONJE DESNUDO”.

Desde los 11 años, la profunda herida abierta en el corazón y en la psique, por la sentencia deliberada de la madre arrojándose al pozo de su casa para esquivar la vergüenza y el dolor de soportar a un marido manirroto y tarambana. La huida de un matrimonio arreglado, insoportable para su espíritu, del que permanecerá un hijo, sustento, junto a amigos y admiradores, en los tiempos de penuria. El fracaso de su padre en los negocios que lleva a la ruina familiar y deja la secuela trágica del suicidio del hermano pequeño. La melancolía extrema (hoy diríamos depresión) bajo los efectos de beber sake en abundancia que transporta a las vías del tren para inmolarse, salvado por un monje, alojado en un monasterio donde residió un lustro y cursó órdenes. Peregrino mendicante, sólo con su cuenco de pedir, una toalla y sus hábitos, con la naturaleza como compañera de viaje por los caminos de Japón. Asentado en la pobreza material y la soledad, desnudo para que nada impida ver los sentimientos. Todo ello conforman la expresión mínima de lo inmenso, hermosos fulgores de una vida convertida en poesía.

miércoles, 1 de septiembre de 2010