viernes, 29 de marzo de 2013

TRIBULACIONES (III)

Ciudad Terrenal: 

  Todo hombre tiene un pasado, eso lo sabe también el agua que purifica, el aceite que consagra, el fuego que ilumina, la mano que bendice y la paloma que con una rama de olivo en el pico vuela por encima de las cúpulas del boato y la ceremonia. 

 El pecado enturbia la conciencia. Se peca de pensamiento, palabra, obra u omisión. Abstraerse de la solidaridad humana, desamparar el dolor moral y físico y no condenar estructuras contrarias al estado de derecho, son pecado. El arrepentimiento, la penitencia, la reconciliación y la sincera responsabilidad de servicio asean la culpa. 

  Intuyendo que iban a venir para llevársele y proclamarle rey, se volvió él solo al desierto de los bienaventurados, allí donde ni siquiera tenía una piedra sobre la que reclinar su cabeza. Quien desea vivir en la humildad y la pobreza se despoja de todo, dijo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

POEMA: “NEGACIÓN”.


No abraza el recuerdo
ni muere de amor la nostalgia.
No existen océanos de pétalos de rosas
ni las olas tienden puentes de plata.
No envejece el desengaño
ni abandonan las huellas del dolor.
No todos los lamentos merecen la misma piedad
ni traspasa la agonía todas las paredes.
No se disfrazan de luto los ojos
ni se honra a los muertos alabándolos.
No hay islas de los bienaventurados
ni Campos Elíseos de almas en vilo.
No lloran los buitres
ni es el cardo la flor de la pena.
No aúlla el viento en jaulas de oro
ni lleva la libertad fuego en las manos.
No germinan espontáneas las ideas
ni las utopías son ciegas.
No vuelan las voces de los pueblos oprimidos
ni atiende la justicia a las sombras del mediodía.
No disparan flores los fusiles
ni abaten cadáveres de cera.
No empuñan las manos inocentes dagas asesinas
ni abomina el odio de las desgracias ajenas.
No es la derrota la victoria de un mal sueño
ni hiere la fiebre de los secretos amados.
No viste el futuro velos de niebla
ni la salvación sotanas negras.
No hay murallas infranqueables
ni ocultan laberintos los espejos.
No ondean banderas transparentes
ni propagan los himnos el eco del silencio.
No mana el agua de la verdad
ni hablan las piedras.
No es apariencia la muerte
ni la vida un instante inconcluso.
No padece de vértigo el límite del mundo
ni la nada se asoma al vacío.
No se plantan los versos en la tierra
ni las metáforas brotan de la boca de Dios.

miércoles, 13 de marzo de 2013

KIRMAN, MOORE, ADLARD & RATHBURN; “LOS MUERTOS VIVIENTES” O “THE WALKING DEAD”.

    Despertar del sueño inducido a la realidad de una terrible pesadilla. Volver a la vida y encontrarse rodeado de muerte viviente: no es lo mismo un vivo retornado de la antesala de la muerte, que un muerto emergido del sótano de la muerte como si estuviera vivo. Muertos vivientes campando a sus anchas por una tierra desolada, poblando en masa las avenidas de las ciudades convertidas en monstruosos cementerios vivientes (a fin de cuentas todo cementerio tiene aspecto de ciudad inmóvil y toda ciudad tiene aspecto de cementerio dinámico), otrora hombres y mujeres, jóvenes y viejos que sintieron miedo, frío y hambre, ciudadanos que han tenido detrás pequeñas y grandes historias, hay quien piensa que son víctimas de una enfermedad curable, la esperanza se resiste al drama de perder seres queridos. Cadavéricos, caridescompuestos, tenebrosos, andrajosos, corrompidos, asquerosos, se les denomina caminantes, merodeadores, vampiros mordedores, a quien le clavan el diente ¡kaputt! está perdido se transfigura en uno de ellos; zombis putrefactos de los que no se conoce nada, ni donde surgieron, ni como se desarrollaron, ni el porqué de su afán caníbal, sólo se sabe que se comen a los vivos, son depredadores: quieren lo que quieren, toman lo que quieren y cuando consiguen lo que quieren se quedan contentos poquísimo tiempo, luego quieren más, viven en la continua insatisfacción como muchos humanos. Se mezclan las estampas, los encuadres narrativos, las intenciones de los no-muertos y de los no-vivos, marcan la diferencia los matices, la vida siempre regala más variedad de matices que la muerte.
     El apocalipsis sobrevino sin anunciarse, al menos nadie oyó sus trompetas, en el sinsentido cotidiano la gente no presta atención a lo importante, sólo está preocupada de sus propias mierdas. Cuando todo empezó se buscaron refugios seguros, hospitales, iglesias, escuelas, cuarteles, ministerios, los edificios fueron insuficientes, nada protegía, nada pudo hacer la policía y nada se sabía del ejército. Se cortaron las líneas de comunicación, no había equipos de rescate, no existía ningún tipo de organización y mucho menos de resistencia. La máxima “vive la vida como si fuera el último día” se hace realidad y es horrible. Sobrevivir a la tragedia, a la locura del que está muerto vive y el que vive está muerto, o ellos o nosotros, nosotros vivimos con ellos y ellos no viven con nosotros, se nos meriendan, nos vampirizan. La protección es imprescindible, un arma es la mejor salvaguarda individual, los muertos vivientes no necesitan armas, hay pues abundancia de armas para los vivos; las armas no sólo descabezan zombis, también consuman venganzas e imponen el orden. Casquería sangrienta sin remilgos que asegura la existencia de la especie.
    Las situaciones extremas generan conflictos personales, interrelaciones dolorosas, cambian a las personas (la vida es cambio, la muerte no), el pacífico se vuelve violento, el justo implacable, el amable intolerante, el generoso egoísta. El sujeto se descubre a sí mismo para bien o para mal, saca lo mejor o lo peor del animal que lleva dentro. Cuando el peligro acecha se pone en evidencia la lucha contra las miserias del alma humana. Mantenerse unidos, juntos, en grupo, la salvación de las presas reside en la manada. Compartir el trauma de ver como el mundo se desmorona con todas sus seguridades, cuestiones nimias del vivir diario se convierten en vitales, los pequeños placeres perdidos incrementan su significado. La anómala situación es difícil de digerir. Se cuestionan las relaciones sociales, los convencionalismos, las pautas de comportamiento. Pero los seres humanos gozan de la capacidad de adaptarse a cualquier circunstancia. Una vez perdidos los referentes se empieza desde cero a construir una nueva sociedad con nuevas reglas. Se aprende a desarrollar habilidades para las que no se estaba ni preparado ni destinado. La mente humana elabora herramientas que gestionan la vida que le ha tocado vivir de la mejor manera posible.

  Popular comic convertido en exitosa serie de televisión. Obra que genera empatía, identificación no tanto con los personajes como con su situación de perros verdes. Vivimos rodeados de zombis, ¿usted puede ser uno de ellos?

miércoles, 6 de marzo de 2013

TRIBULACIONES (II)

Oficina de Empleo:

Manos que sostienen tiques numerados, sentados o de pie números atentos a la pantalla digital, hacinados en la sala de espera, en el vestíbulo y alrededor de las puertas de entrada.  Media mañana, el ritmo de las diligencias burocráticas se ralentiza, sólo tres mesas quedan operativas, los servidores públicos ejercen su derecho al desayuno. Cumplido el tiempo, vuelven los funcionarios quejosos del frío y del exceso de trabajo. Toca mi turno. A la persona que me atiende le deseo buenos días y buen provecho. Me clava la mirada, una más de las muchas que llevo clavadas. En el silencio de su malmirar cobran sentido mis palabras.

Me falta un documento. Siempre me falta un documento. ¿No ha leído el oficio donde se detallan los trámites a seguir y la documentación que debe presentar?, me reprende. No, contesto que no, que yo sólo leo poesía, por eso estoy allí.

Cumplimentamos el cuestionario. ¿Puesto de trabajo en el que desea demandar empleo?, pregunta. Náufrago, respondo. Ese puesto de trabajo no consta como registrado, encaja sin inmutarse. Inscríbale para mí y así queda registrado, digo. Administrativo, anota… Sé que está mintiendo.