APOTEGMA (299)

Hay vidas ejemplares que sólo les sirven a quien las vive.

CUENTOS ÍNFIMOS.67

Entre edificios de fachadas leprosas y portales pestilentes, se arrastra por las calles enfangadas de nieve como un pordiosero encorvado y famélico. Nadie quiere darle trabajo. No hay ni una pizca de piedad para un hombre honrado a quien le cayó encima un infierno de falsas acusaciones y suerte esquiva. Se convulsiona con desesperación por vivir en un mundo que se ha olvidado de él pero no de las insidias.

DUCENTÉSIMA DÉCIMA NOVENA TARDE

16:37

Creemos que a nadie le importa nada hasta que llegamos al bar, donde la verdad existe, se hace justicia y se describe lo imposible exento de prejuicios previos. 

16:39

Dominó, mus, charla, aceitunas, almendras, taquitos de queso, calamares a la romana, pincho de tortilla o patatas bravas con cerveza. Alrededor de las mesas o de la barra se reúne una sociedad compleja, poliédrica, problemática, difícil que no admite el voluntarismo simple, obligada a encontrar soluciones inteligentes, creativas, generosas, solidarias que ayuden a la mejora del ser humano. 

16:44

En el bar la primera ley universal es un vermut con una tapita de anchoas.

APOTEGMA (298)

Distinguir lo bueno de lo malo es obra de la razón. Determinar qué es bueno y qué es malo es misión de la moral. 

DUCENTÉSIMA DÉCIMA OCTAVA NOCHE

23:23

Se consideraba a sí mismo una fantasía social. Participaba en diversas actividades rituales de profundo sentido comunitario. Momentos especiales. 

23:25

La fiesta vale lo que valen las  relaciones que establecen los individuos que la viven. Lo leí no recuerdo dónde y no recuerdo de quién - dijo

23:26

Creía en el impulso del ser humano, en el arte para expresar su esencia. 

23:27

Sin la deformación del arte, sin el fingimiento del arte, sin la falsedad del arte; la verdad se desvanece - dijo.