Treinta años pateándose el intrincado escenario geopolítico de Oriente Próximo, captar la atmósfera, tomando el pulso (como se suele decir), si se tiene el oficio, la sensibilidad, el coraje y la inteligencia suficientes dan para escribir un testimonio periodístico colosal, una crónica sobrecogedora narrada con la emoción de la vivencia del testigo ocular; memoria personal del corresponsal de guerra lúcido, del viajero atento, del observador comprometido con su tiempo que expone con nitidez su postura sin rehuir la polémica, muy al contrario la fomenta si para ello no tiene que renunciar a llamar a las cosas por su nombre; no teme nombrar a los asesinos, señalarlos y denunciarlos, da voz a las víctimas, toda la voz para las víctimas nunca en igualdad con los verdugos (se debe informar desde la perspectiva de las víctimas) y ataca a los medios de comunicación por su supuesta objetividad en el control del poder y los centros de poder. Historia al pié del cañón que aporta claves imprescindibles para entender un conflicto que ha marcado el siglo XX y puede marcar el XXI, un problema de difícil solución. Denuncia sin paños calientes la obscenidad moral que supone usar la guerra como opción política, violando leyes internacionales, pisoteando derechos humanos, considera el autor la guerra como “el fracaso total del espíritu humano”; intereses de la devastación, el odio y la tergiversación deshumanizada de un crimen cotidiano contra la humanidad. Análisis de las causas, consecuencias y responsabilidades de los estados occidentales (EE.UU a la cabeza) en esta tragedia. Ensayo crítico, valiente y esclarecedor. Obra magna, de imprescindible lectura (tirando del tópico) para todo aquel que desee conocer lo que está ocurriendo en una parte del mundo donde la locura humana amontona el horror sobre el horror, en un parte del mundo, de nuestro mundo, cuya sombra tenebrosa nos alcanza a todos.
lunes, 3 de octubre de 2011
ROBERT FISK; “LA GRAN GUERRA POR LA CIVILIZACION”.
Treinta años pateándose el intrincado escenario geopolítico de Oriente Próximo, captar la atmósfera, tomando el pulso (como se suele decir), si se tiene el oficio, la sensibilidad, el coraje y la inteligencia suficientes dan para escribir un testimonio periodístico colosal, una crónica sobrecogedora narrada con la emoción de la vivencia del testigo ocular; memoria personal del corresponsal de guerra lúcido, del viajero atento, del observador comprometido con su tiempo que expone con nitidez su postura sin rehuir la polémica, muy al contrario la fomenta si para ello no tiene que renunciar a llamar a las cosas por su nombre; no teme nombrar a los asesinos, señalarlos y denunciarlos, da voz a las víctimas, toda la voz para las víctimas nunca en igualdad con los verdugos (se debe informar desde la perspectiva de las víctimas) y ataca a los medios de comunicación por su supuesta objetividad en el control del poder y los centros de poder. Historia al pié del cañón que aporta claves imprescindibles para entender un conflicto que ha marcado el siglo XX y puede marcar el XXI, un problema de difícil solución. Denuncia sin paños calientes la obscenidad moral que supone usar la guerra como opción política, violando leyes internacionales, pisoteando derechos humanos, considera el autor la guerra como “el fracaso total del espíritu humano”; intereses de la devastación, el odio y la tergiversación deshumanizada de un crimen cotidiano contra la humanidad. Análisis de las causas, consecuencias y responsabilidades de los estados occidentales (EE.UU a la cabeza) en esta tragedia. Ensayo crítico, valiente y esclarecedor. Obra magna, de imprescindible lectura (tirando del tópico) para todo aquel que desee conocer lo que está ocurriendo en una parte del mundo donde la locura humana amontona el horror sobre el horror, en un parte del mundo, de nuestro mundo, cuya sombra tenebrosa nos alcanza a todos.