lunes, 28 de diciembre de 2020

lunes, 21 de diciembre de 2020

QUINCUAGÉSIMA PRIMERA MAÑANA

08:00

Soy persona con profundo sentido del humor y de la ironía. La vida sin humor y sin ironía es más plana, más gris, más vulgar. 

08:03

La ironía tiene un significado de orden, se ordena hacia la crítica, pero no es la crítica; se presenta, a veces, a partir de la antítesis.

08:06

El tamaño y la extensión forman parte de la fina ironía, ni muy pequeña ni muy grande, ni mucha ni poca, el exceso puede resultar cargante, pero la falta puede ser funesta. Quien forma parte de la ironía puede no percibirlo como tal, quien carece de ella puede no sentirlo como una insuficiencia dolorosa. 

08:12

La ironía requiere responsabilidad, proporción, consonancia y claridad; se debe expresar desde el respeto y el conocimiento o no expresarse. 

08:15

Disposición anímica de una realidad que se toma de la realidad misma; la ironía implica un modo de estructura armónica que da satisfacción a la razón y al espíritu. 


lunes, 14 de diciembre de 2020

POEMA: "TENGO A LA SOLEDAD".

Por tener algo

tengo a la soledad

que me protege,

se impone cercana

sin sometimiento

como los frutos de la fe

o el valor del olvido.

La soledad

no me deja elegir

lo que ya está elegido.

lunes, 7 de diciembre de 2020

lunes, 30 de noviembre de 2020

QUINCUAGÉSIMA TARDE

17:30

No envidian los necios la bondad, ni la honestidad, ni el respeto; envidian el poder, el dinero, la fama. 

17:32

Si el más insignificante de los males provocara una reacción negativa mil veces mayor en quien lo ejecuta, los necios lo seguirían haciendo. 

17:34

En el necio la opresión es libertad, la grosería educación y la infamia verdad.

17:36

Sueña con tener riquezas.

Sueña con alcanzar la gloria.

Sueña con conquistar amantes.

Sueña con cumplir venganzas.

Sueña con imponer mentiras mugrientas.

Sueña con volver de la muerte.

17:38

Inmune al sonrojo de la vergüenza.



lunes, 23 de noviembre de 2020

SUN-MI HWANG; "LA GALLINA QUE SOÑABA CON VOLAR".

Érase una vez una gallina ponedora que había sido criada para poner huevos, sólo y exclusivamente para cumplir esa función, de ahí la denominación de ponedora; tenía prohibido pasear, aletear o sentarse sobre los huevos no los fuera a romper; tenía prohibido, también, salir al corral, su sitio estaba en el gallinero, junto a otras gallinas ponedoras, poniendo huevos. Esa era su labor, esas eran las normas. Y ¿qué pasa si no me gustan las normas ni la finalidad de mi trabajo?, se decía. Tenía el sueño de poder vivir en el corral junto a los otros animales, albergaba el deseo de incubar un huevo y ver nacer un polluelo. Quería hacer algo con su vida: ser libre y madre. Se lamentaba, se lamentaba, hasta que un día, por azares del destino, consiguió escaparse de su prisión y…

Aunque no ha sido educada para vivir en libertad, ni ha nacido para ello, se rebela contra el rol que le ha asignado la naturaleza, separándose incluso de su especie, a fuerza de pagar a veces un alto coste de soledad, inseguridad y miedo. Huir de un destino infeliz no es fácil, escapar de la rutina, la monotonía, lo cotidiano, desviarse del rumbo marcado requiere entusiasmo, valor y sacrificio. Ir superando obstáculos: el rechazo de los otros, la incomprensión social, el esfuerzo de integración, las dificultades y las dudas de todo proceso de maduración. 

Al final del camino, después de tanto trasiego, idas y venidas, la pregunta que ella se hace es: ¿a una gallina enclenque, común y corriente, como son la mayoría de las gallinas, le ha merecido la pena ser héroe de su propia vida? Como corresponde a toda fábula, la respuesta se obtiene una vez concluida la lectura del cuento.

Diez años en las listas de libros más leídos, se cuentan por millones los ejemplares vendidos, traducido a tropecientos idiomas, adaptado al cine de animación, al cómic y al musical; considerado como un clásico actual de la literatura surcoreana, acaparador de premios y elegidos, esta alegoría simple y sencilla de la vida que parece ir acompañada de más ruido que nueces, en su propia simplicidad y sencillez lleva incorporado el encanto de su lectura. 

lunes, 16 de noviembre de 2020

lunes, 9 de noviembre de 2020

CUADRAGÉSIMA NOVENA NOCHE

23:52

Los seres humanos somos conscientes de que vivimos en una mentira, pero aun así seguimos viviendo. ¿Es feliz quién vive una mentira de vida?

23:54

Aceptamos la mentira como un hecho natural. Rebelarnos contra esta verdad puede ser para algunos un alivio que no sirve de nada.

23:56

Soportamos la mentira con valor y la tragedia con serenidad. Podemos soportarlo todo y eso nos hace fuertes.

23:58

Quien se preocupa demasiado de sus mentiras, se olvida de sus verdades. 

 



lunes, 2 de noviembre de 2020

TRIBULACIONES (XXXIV)

Raro Raro:

Doblemente fuera de lo común, doblemente poco abundante, doblemente extraño en su clase, doblemente extravagante en su especie, doblemente sospechoso en contraposición a lo ordinario. Reiteración de preocupación o incertidumbre, excepcional en lo habitual sin que tenga porqué ser erróneo o desagradable. Puede hacerse costumbre en lo imprevisible, conocido en lo desconocido pero nunca convencional. 

Disfunción de espacios, lugares y dimensiones, pieza sospechosa de encaje infrecuente en el puzzle de la cotidianidad. 

Lo raro habita en el mundo sin criterio específico, a veces juzgado sin comprensión, vulnerable al rechazo de su propia naturaleza. Su lógica salta los límites estrechos de lo asignado. No quiere ser como Dios: principio y fin. Lo raro es raro.

lunes, 19 de octubre de 2020

CUADRAGÉSIMA OCTAVA NOCHE

23:50

Obviedades:

Si eres buena persona abusan de ti.

Un favor es valioso cuando se hace no cuando se promete.

Por interés se tienen clientes por cariño amigos. 

Los mejores padres son los padres, los mejores amigos son los amigos.

De todas las virtudes de la amistad la solidaridad es la que primero se olvida, después viene la generosidad y por último la lealtad. 

Una multitud de amigos no mejora la calidad de la amistad. 

Nos debe importar la opinión que de nosotros tienen las personas que nos conocen y nos quieren, hasta el punto de modificar nuestro comportamiento. 

Nobles nos hacen nuestros actos.  

 



lunes, 5 de octubre de 2020

CUADRAGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

 23:30

Figuras desvaídas en la portada, pastas sucias, desgastadas, curvados los picos y el lomo agrietado. Desencoladas páginas parduscas, si no ponías cuidado al abrirlas podían salir volando desparramándose por el infinito. Usado, muy usado; viejo, muy viejo; roto, muy roto; como todos con el tiempo, convertido en un simulacro de lo que fue. No me ha quedado otra opción que arrojarlo al contenedor de reciclado del papel, última morada de los tomos cuyos restos ya no tienen cuerpo para ocupar un nicho en el cementerio de los libros viejos.  

23:35

Iniciación al Ajedrez de Emanuel Lasker, versión Julio Ganzo, Ricardo Aguilera Editor, Madrid 1972, 132 pgs., encuadernado en tapa blanda. Fue mi primer libro de ajedrez, invertí en él curiosidad, ilusión y una paguita que me dieron por mi quince cumpleaños. Hasta entonces movía las piezas por el tablero como pollo sin cabeza, jugaba por intuición; ese libro cambió todo, aprendí la importancia del dominio del centro, el valor de las piezas, los pasos básicos de las aperturas, de la defensa, del ataque, los primeros mates, comencé a elaborar estrategias. Convertido en mi vademécum del ajedrez, durante todos estos años no he dejado de repasar sus enseñanzas y disfrutar con sus comentarios. 

23:40

Nunca he sido un buen jugador de ajedrez, ni siquiera un mediocre jugador de ajedrez, todo lo contrario, soy muy malo jugando al ajedrez, he perdido muchas partidas y he ganado pocas. Disfruto más viendo y leyendo partidas y análisis que jugando, como el que disfruta de un cuadro sin saber pintar o de una sinfonía sin saber música, carencias que no impiden apreciar el arte. 

23:45

“…de la misma forma que un cadete militar encuentra bella una maniobra castrense, o un matemático se vanagloria de una demostración exacta, o un ingeniero se admira de algún plan técnico. En el ajedrez la admiración por la belleza es tan universal como en cualquier otra materia…”  Emanuel Lasker (campeón mundial de ajedrez de 1894 a 1921). 

 


lunes, 28 de septiembre de 2020

FLORBELA ESPANCA (1894-1930)

Vida agitada, desorden y bullicio en el ir y venir de las emociones y los sentimientos, en la búsqueda del amado o del amor, como corresponde a un carácter inquieto, entregado a la plenitud de la pasión, a la sensibilidad de un alma que nació para ser libre e independiente en un mundo que sanciona, somete y ningunea la libertad e independencia de las mujeres. Protofeminista en una sociedad machista, desinhibida en una sociedad puritana. Destino valiente, honesto, reta sin prejuicios a la vulgaridad, a la incomprensión de los otros, camina de frente sin detenerse por la tristeza, vitalista en el drama, frágil en las desdichas emocionales. Desahoga sus sentimientos íntimos transformados en literatura: diarios, correspondencia, cuento y, sobre todo, poesía: sonetos del existir de una misma, de la angustia de un yo dolorido. Versos tiernos, románticos, sensuales; versos de desencanto por no alcanzar la plenitud deseada, de abandono, soledad y sufrimiento que no temen a la muerte fiel compañera; versos convertidos en fados; vida y versos que elevan a la autora a la máxima categoría lírica de poeta popular. 

Florbela d'Alma da Conceição Espanca, bautizada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción con el nombre de Flor Bela Lobo, y en la historia del mundillo literario acreditada como Florbela Espanca, nace un 8 de diciembre de 1894, en el tranquilo pueblo de Vila Viçosa, perteneciente a la región del Alentejo en el centro-sur de Portugal, a pocos kilómetros de la frontera con España. Inscrita el 20 de junio de 1895 como hija de madre soltera y padre desconocido; fruto del amor o del pacto entre Antonia da Conceição Lobo (1879-1908), guapa sirvienta de orígenes campesinos, y João María Espanca (1866-1954), de profesiones varias: pintor, anticuario, fotógrafo y pionero de las proyecciones cinematográficas en el país luso; casado con Mariana do Carmo Inglesa Toscano (1864-1925), mujer estéril que (siguiendo costumbres de la época) de mutuo acuerdo con su marido consiente que este tenga descendencia con su amante; hijos ilegítimos y hermanos biológicos, Florbela y Apeles Demóstenes da Rocha (nacido el 10 de marzo 1897), que la esposa amadrina. Aunque Antonia trabaja en la misma casa (sita en la rua da Corredoura), el contacto familiar con sus hijos sólo existió en los meses del periodo de lactancia y en los años de la primera infancia, lo que no impidió que los pequeños tuvieran una niñez feliz y despreocupada como reconoce la propia autora, a ello pudo favorecer que tanto Antonia, la madre natural, como Mariana, la madrina y posterior madre adoptiva, mantienen una buena relación. 

A una edad precoz, (desde los primeros pasos, el padre siempre alentó su formación), en octubre de 1899, antes de cumplir los cinco años, Florbela asiste al parvulario de la escuela primaria de Vila Viçosa donde completa todo el primer ciclo formativo de educación general básica. Aprende música, pintura y lee con pasión. Si adelantada es en las aulas no menos será en la literatura; su primera composición poética "A vida e a morte" se fecha en noviembre de 1903, de marcado carácter melancólico y confesional, tono que mantendrá a lo largo de todos sus escritos; al año siguiente 1904, se registran un soneto sin título, posiblemente dedicado a su hermano Apeles, y un poema de celebración por el cumpleaños de su padre. En 1907 escribe su primer cuento "¡Mamá!" Firma estos incipientes textos con el nombre de Flor d'Alma da Conceição. Como un mal presagio a su primer cuento le sigue su primera gran tragedia emocional, en 1908 a los 29 años fallece su madre Antonia da Conceição, víctima de una enfermedad desconocida que el certificado de defunción define como neurosis. Desde ese momento, sin ningún tipo de cortapisas, Florbela y Apeles van a ser adoptados y criados por el matrimonio João María y Mariana, sin faltarles el cariño, pero sí el reconocimiento legal en una sociedad que penaliza y estigmatiza a los hijos bastardos: el padre, casi por insistencia popular, reconocerá a la hija 18 años después de su muerte; ¡échale cuajo al hombre! 

A medias entre los intereses profesionales del padre y, también, por facilitar el progreso educativo de los hijos, la familia se domicilia en Évora. Instaurada la República Portuguesa el 5 de octubre de 1910 (dato relevante para entender el siguiente paso), Florbela ingresa en la Escuela Masculina André de Gouveia (una chica en un colegio de chicos, hecho anómalo para la época). Su formación, apoyada por horas de lectura en la nutrida biblioteca del centro, avanza; lectora voraz (pasión que la acompañará toda su vida, no así como sus maridos y amantes), lee a los grandes autores portugueses; aprende francés y español cuyas literaturas enriquecen su curriculum. En 1911 comienza a salir con un compañero de pasillos y recreos, Alberto de Jesús Silva Moutinho (1893-1961), primeros amores juveniles, sentimientos inestables de ida y vuelta, hoy estoy contigo, mañana escribo cartas y poemas a otro y si soy rechazada volvemos a juntarnos. El 8 de diciembre de 1913 (día de su 19 cumpleaños), Alberto y Florbela contraen matrimonio civil en el pueblo natal de la novia Vila Viçosa, ceremonia familiar e íntima. Los esposos se mudan a Redondo, población de la Serra de Ossa, allí abren un pequeño colegio, dan clases particulares, en fin, se malganan la vida enseñando. En 1915 las penurias económicas obligan a la pareja a regresar a Évora. Se acomodan en casa de su padre João María, con quien comparte el gusto por la fotografía (posa como modelo), y retoma la pasión fraternal que la une a su hermano. Por enchufe paterno, encuentra trabajo como profesora de lengua y literatura portuguesa en un colegio. Durante todo este tiempo Florbela no deja de estudiar y sobre todo de escribir. Durante año y medio, bajo el título Intercambiando miradas, elabora una colección de 85 poemas y 3 cuentos que se queda sin ver la luz de la imprenta, pero supondrá los cimientos de futuras creaciones. En 1916 publica el soneto "Crisantemos" en la revista Modas y Bordados, entabla amistad epistolar con su subdirectora Julia Alves y se abren las puertas a nuevas colaboraciones en los periódicos "Noticias de Évora" y "Voz Pública". Se propone escribir un extenso poema patriótico denominado Alma de Portugal, plan que queda en un simple esbozo. Todo a su alrededor indica el comienzo de una vida literaria.   

Terminado el curso complementario de letras en la escuela secundaria, aunque la hubiese gustado seguir ampliando conocimientos en la misma materia, sin embargo, en octubre de 1917, Florbela se matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa; se convierte en una de las mujeres pioneras alumnas de dicha escuela (tan sólo 14 mujeres entre los 347 estudiantes matriculados). Los gastos de estudios y estancia en la capital portuguesa son sufragados por su padre João María (que volvemos a repetir, nunca escatimó apoyos en la formación de sus hijos). El alejamiento geográfico de su esposo (que encuentra trabajo en el Algarve) abre las primeras grietas dentro del matrimonio. En Lisboa, Florbela toma el pulso a la vida bohemia, libera sus costumbres sociales, conoce a otros poetas, contacta con un grupo de escritoras que reivindican los derechos de la mujer, colabora en revistas y periódicos, solidifica los cimientos de sus aspiraciones literarias. 1919 constituye un año muy importante en la vida de la poeta; bajo la supervisión del periodista, escritor, intelectual y agitador cultural Raul Proença (1884-1941) publica su primer poemario el Livro de Mágoas (Libro de las penas), composiciones dedicadas a su padre y su hermano en las que están presentes el dolor, la nostalgia, el rechazo, la tristeza, sentimientos autobiográficos recurrentes a lo largo de su obra; la tirada de doscientos ejemplares se agotó al poco de salir. Su debut literario es la cara amable de la moneda, la cruz es un aborto involuntario que frustra su deseo de ser madre y deja una marca imborrable de secuelas psicológicas. Diagnosticada de neurastenia grave (enfermedad heredada de su madre), con el propósito de recuperarse del agotamiento físico, la depresión, la ansiedad, el insomnio y la infección de ovarios y pulmones consecuencia de la interrupción espontánea del embarazo, se traslada a descansar a Quelfes (concejo de Olhão, en el Algarve) donde su marido ejerce de profesor. El reencuentro termina por socavar la muy deteriorada relación de la pareja. Desencantada, presa de una fuerte inestabilidad anímica, Florbela regresa a Lisboa donde prosigue con sus estudios de Derecho que interrumpirá definitivamente a mediados de 1920, dejando la carrera inconclusa. En 1921, Alberto y Florbela hacen oficial su divorcio, salvando obstáculos y rechazos porque, aunque en Portugal el divorcio es legal, no es habitual y socialmente está mal visto. Aprovechando la ola, el 9 de noviembre de 1921 su padre João Maria se divorcia de su primera esposa Mariana do Carmo, que enferma había consentido los amores del marido con una de las sirvientas, Henriqueta de Almeida con quien se casará el 4 de julio de 1922.  Florbela apreciaba mucho a Henriqueta, quien con el paso del tiempo acabaría siendo la heredera universal de los derechos de autor de su obra. Una vez libre de ataduras matrimoniales, el 29 de junio de 1921, en el Registro Civil de la ciudad de Oporto, Florbela Espanca contrae segundas nupcias con António José Marques Guimarães (1895-1981), alférez de artillería de la Guardia Republicana; desde antes de la boda, la pareja mantenía una relación furtiva de apasionados encuentros. Después de una corta estancia en Matosinhos, donde la escritora es tratada por el doctor teniente de la Guardia Republicana Mário Pareira Lage (1893-1967); al año siguiente (1922), Guimarães solicita su traslado a Lisboa, atendida la petición, previo paso por Amadora, en la capital sirve en el Ministerio de Guerra como jefe de gabinete del ministro del Ejército.

Instalados en Lisboa, Florbela y Mário residen en diferentes direcciones sin demasiados lujos, los ingresos dan para alquilar lo que se puede. Él trabaja, abriéndose paso, en sus labores burócratas-militares y ella da clases particulares. El matrimonio comienza a naufragar, la pasión se diluye en una tempestad de reproches (Guimarães acusa a la esposa de entorpecer su carrera con su comportamiento licencioso, Espanca censura al marido el menosprecio de su actividad literaria), disputas que, a veces, demudan en  encendidas broncas y posibles malos tratos; el alférez es hombre de temperamento bravo y la escritora mujer que no se amedrenta. El 1 de agosto de 1922, en la recién creada revista Seara Nova publica un soneto dedicado a Raul Proença, uno de los intelectuales fundadores. En enero de 1923, financiada la edición por su padre João Maria, alumbra su segundo poemario el Livro do Sóror Saudade, en un principio dedicado a su presente esposo, pero al final la dedicatoria fue suprimida, la obra recibe una buena acogida de la crítica literaria. Posteriormente, semanas después, Florbela sufre un nuevo aborto que socaba su precaria salud. Por recomendación médica se muda a Gonça a pocos kilómetros de la ciudad de Guimarães, allí se reencuentra con el doctor Mário Pereira Lage, que la invita a vivir en su casa de Esmoriz. Un nuevo divorcio entierra el matrimonio con António José. Si su primera separación conyugal fue traumática, esta segunda supone un escándalo social bochornoso, ¡hasta dónde vamos a llegar!, durante dos años rompe relaciones con su familia, en concreto con su padre con quien se deja de hablar. En 1925, después de un año de convivencia extramatrimonial, se casa con el doctor Mário Pereira Lage, la ceremonia nupcial se celebra primero en la Oficina del Registro Civil de Matosinhos y unos días más tarde se refrenda en la Iglesia do Bom Jesús de la misma ciudad; este su tercer matrimonio es el único de carácter religioso. La pareja se acomoda en la casa de los suegros de ella en Matosinhos. Florbela, con la intención de no echar a perder su nueva unión, intenta comportarse como una esposa tradicional, deja de escribir y se dedica a hacer traducciones de novelas del español y el francés para la editorial Civilização de Oporto. Pero la vida tranquila, hogareña, monótona no va con ella y se siente frustrada; añora el guirigay bohemio de la capital: los cafés, las tertulias, los bailes, los garitos de fado, las manifestaciones políticas, etc. 

1927 es el año del inicio del vía crucis. La autora comienza a colaborar con el periodico D. Nuno de Vila Viçosa dirigido por José Emídio Amaro, a quien por carta confiesa que está buscando editor para su poemario Charneca em Flor, pero no encuentra (como el resto de su obra será publicado después de su fallecimiento). Un mes después, a las 14:30 del 6 de junio, en un vuelo de pruebas, el hidroavión que pilota Apeles Espanca se precipita a las aguas del Tajo entre Porto Brandão y Trafaria, (¿accidente o suicidio?, según el gusto romántico de cada cual); el cuerpo del joven piloto del Servicio Aeronáutico Naval no se recuperará nunca. La tragedia de su hermano supone para Florbela un mazazo devastador, pierde a su espíritu gemelo, el inspirador de su trabajo, el niño a quien cuidó desde la muerte de su madre, el refugio de sus inseguridades, el amigo que fue mucho más que un hermano. "Lloro mi mayor amor, mi orgullo, la mitad de mi alma. Perdimos mucho, padre, perdimos mucho. Es una sombra de luto que nunca podrá abandonarnos", escribe a su padre. Salen a la superficie unos pocos restos de la nave y dos flotadores que ella conservará más allá de su muerte. En homenaje al ser querido víctima del naufragio escribe As máscaras do destino, un libro de cuentos. Se agravan sus dolencias nerviosas, empeora la crisis depresiva, a la enfermedad psíquica se suman problemas físicos, aumenta el consumo de tabaco y alcohol, aparecen síntomas incipientes de problemas pulmonares. Pierde el interés por la vida, ni siquiera puede agarrarse al asidero del matrimonio, muy al contrario, se sospecha que su marido Mário Pereira Lage mantiene, desde hace tiempo, una relación extramarital con otro hombre. Durante el verano de 1928 es posible que se anote su primer intento de suicidio. 

En 1930 comienza a escribir el Diario do último ano, anotaciones cortas entre la autobiografía y la literatura en las que deja testimonio honesto de como se siente y como se ve a sí misma. Mantiene correspondencia con el profesor italiano visitante de la Universidad de Coimbra, Guido Batelli, quien se interesa por publicar Charneca em Flor con la esperanza de que el interés se transforme en hechos; Florbela se dedica a revisar y preparar la citada obra. Se la diagnostica un edema pulmonar, más dolor al dolor, más sufrimiento al sufrimiento, más degradación anímica al frágil equilibrio anímico. Posiblemente a finales de octubre o principios de noviembre se produce otro intento de suicidio. En su casa de Matosinhos, el 8 de diciembre de 1930, día de su 36 cumpleaños, a las 2:00 de la madrugada se marcha a su cuarto a acostar con la orden tajante de que nadie la moleste (ni siquiera su esposo) hasta la mañana siguiente. Llena la habitación de flores, se tumba en la cama y se toma dos botellas del barbitúrico Veronal: una sobredosis letal que le produce un sueño del que nunca despierta. Respetando sus últimas disposiciones, cubierta de flores y junto a los restos rescatados del naufragio de su hermano, es enterrada en el Cementerio de Sendim (Oporto); en la primavera de 1964 su cuerpo fue definitivamente trasladado al cementerio de Vila Viçosa su ciudad natal.    


¡Yo quería ser Mar de altivo porte

Que ríe y canta, la vastedad inmensa!

¡Yo quería ser Piedra que no piensa,

La piedra del camino, ruda y fuerte!

¡Yo quería ser el Sol, la luz intensa,

El bien del que es humilde y no tiene suerte!

¡Yo quería ser arboleda tosca y densa

¡Que se ríe del mundo y de la muerte!

Más el Mar también llora de tristeza…

Los árboles también, como quién reza,

abren, al cielo, su brazos, como creyente!

¡Y el Sol altivo y fuerte, al fin del día,

tiene lágrimas de sangre y agonía!

¡Y a las Piedras… las pisa toda la gente!…


Florbela Espanca (Livro de Mágoas, 1919)

lunes, 21 de septiembre de 2020

APOTEGMA (130)

Quien se siente parte de la naturaleza y se integra en ella no necesita mensajes mesiánicos, ni ninguna otra promesa de vida eterna.

lunes, 14 de septiembre de 2020

CUADRAGÉSIMA SEXTA TARDE

19:40

Luz del relámpago, retumbar del trueno, ladridos de perros, ni una gota de agua. El mundo parece resquebrajarse como la tierra árida de los campos abrasados por la sequía. 

19:42

Los dedos de musgo entre blanquecinos y amarillentos acarician las columnas del patio. Amarillean, también, las hojas de las macetas. 

19:44

La tormenta ha ido apagando la tarde hasta hacerla noche. Bochorno, bochorno, bochorno y aire caliente. 

19:46

Shemá Israel, Adonai Elohenu, Adonai Ehad.

Allahu akbar. La ilah illallah wa Muhammad Rasul Allah.

Creo in unum Deum, Patrem omnipoténtem.

19:48

Sigue sin caer ni una gota.



lunes, 7 de septiembre de 2020

POEMA: "HE VISTO EL GOZO DE LA DISCORDIA"

He visto el gozo de la discordia,

la vulnerabilidad del joven con su herida.

He visto la muerte en una cama

convertida en campo de batalla.

He oído el silencio de los vencidos

arrastrándose entre el dolor de los vencedores.

A quien la vida no hizo justicia

la muerte a todos les hizo libres,

(como el miedo).

Pero para entonces

¿qué más da lo que seamos?


lunes, 31 de agosto de 2020

CUENTO ÍNFIMO.48

Nunca guardaba sus secretos, simplemente se deshacía de ellos, los enterraba fuera de su memoria en un cementerio olvidado y sin retorno. 

lunes, 24 de agosto de 2020

CUADRAGÉSIMA QUINTA NOCHE

23:03

En la película de mi vida hay personas que nunca deberían haber tenido un papel en el reparto, o viceversa yo no debería haber tenido ningún papel en el reparto de la película de sus vidas; si lo tuve, bien sabe Dios, fue contra mi voluntad y sin mi consentimiento. El destino no te deja elegir. 

23:07

Estoy conforme con el papel que me tocó interpretar. (El guion es mejorable). A medida que los actos de la función iban transcurriendo he ido evolucionando. Cerca de llegar al final, me gustaría haber sido mejor de lo que he sido y ser mejor de lo que soy.  

23:11

Sólo deberían formar parte íntima de mí aquellas personas que siento que me hacen parte íntima de ellas.

 


lunes, 10 de agosto de 2020

APOTEGMA (129)

La muerte nos libra de los idiotas, o porque se mueren ellos o porque nos morimos nosotros.

lunes, 3 de agosto de 2020

CUADRAGÉSIMA CUARTA TARDE

16:00

La experiencia vuelve sabio a quien extrae de ella sabias enseñanzas.

16:01

La experiencia por sí sola es insuficiente. 

16:03

Ideas y sentimientos que nacen en las ruinas de mi experiencia y ahí se quedan entre muros caídos y columnas rotas. 

16:05

No tengo prisa por vivir.



lunes, 27 de julio de 2020

GIOVANNI QUESSEP; “METAMORFOSIS DEL JARDÍN”.

La tarde vuela, la luz declina, empujado por el canto de los pájaros, por el viento, por los pasos de la lluvia, por las calles cubiertas de nubes, por la música dorada, por el encanto de los sueños, el tiempo madura, se vuelve destino. Dejándose llevar, rendidos los sentimientos a un mundo lejano a cambio de nada, hundido en la esperanza de las noches y los días inventados, entregarse al tiempo detenido, vivir en el olvido persiguiendo una fábula de silencio y soledad. La soledad es una puerta cerrada, un vuelo nocturno, una canción de invierno que se pierde en la memoria. En soledad escribe a los cielos del alma, a la felicidad en ruinas, al edén caído, a la culpa, al paraíso mortal, a los seres perdidos, a todas aquellas historias sin nombre que son ceniza. Estamos solos en la vida.  
Duro es vivir. Somos hojas secas que se dejan la vida en un ir y venir por la ilusión de un destino mejor, persiguiendo un relámpago que ponga un instante de luz a las sombras. Las sombras no guardan la música amada, la inmortalidad del guerrero derrotado, el secreto redentor, los sueños que alejan la muerte en la noche. Caen los años. Quien fue feliz antes de las ruinas ya no lo es. Se pierden los días azules, se pierde la memoria, se pierde la palabra. Sólo hay olvido. El tiempo convierte en polvo todo lo que amamos, la verdad y la belleza. La muerte eternamente presente, acechando, esperando, no es ya un olvido inventado, no es ya una danza que sólo vemos bailar a otros, es el final del cuento, el final de la historia. Nos sentimos felices al leer un poema aunque amenace la ruina. La poesía nos salva mientras aguardamos la llegada del callar para siempre, pero no somos dioses, no podemos vencer a la muerte. Somos lo que hemos sido, a veces felices en el secreto de las palabras. Entre corazones que se aman, es posible morir soñando.   
Vamos de paso. A solas con nuestra alma, esperando a que la primavera abra las puertas del cielo, la vida se escapa como arena entre los dedos. El luto hondo donde vibra el silencio nos viste a la fuerza, sabe que la dicha no existe. La desdicha teje en el telar de la vida, ese polvo que nos cae sobre el alma.