lunes, 28 de septiembre de 2020

FLORBELA ESPANCA (1894-1930)

Vida agitada, desorden y bullicio en el ir y venir de las emociones y los sentimientos, en la búsqueda del amado o del amor, como corresponde a un carácter inquieto, entregado a la plenitud de la pasión, a la sensibilidad de un alma que nació para ser libre e independiente en un mundo que sanciona, somete y ningunea la libertad e independencia de las mujeres. Protofeminista en una sociedad machista, desinhibida en una sociedad puritana. Destino valiente, honesto, reta sin prejuicios a la vulgaridad, a la incomprensión de los otros, camina de frente sin detenerse por la tristeza, vitalista en el drama, frágil en las desdichas emocionales. Desahoga sus sentimientos íntimos transformados en literatura: diarios, correspondencia, cuento y, sobre todo, poesía: sonetos del existir de una misma, de la angustia de un yo dolorido. Versos tiernos, románticos, sensuales; versos de desencanto por no alcanzar la plenitud deseada, de abandono, soledad y sufrimiento que no temen a la muerte fiel compañera; versos convertidos en fados; vida y versos que elevan a la autora a la máxima categoría lírica de poeta popular. 

Florbela d'Alma da Conceição Espanca, bautizada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción con el nombre de Flor Bela Lobo, y en la historia del mundillo literario acreditada como Florbela Espanca, nace un 8 de diciembre de 1894, en el tranquilo pueblo de Vila Viçosa, perteneciente a la región del Alentejo en el centro-sur de Portugal, a pocos kilómetros de la frontera con España. Inscrita el 20 de junio de 1895 como hija de madre soltera y padre desconocido; fruto del amor o del pacto entre Antonia da Conceição Lobo (1879-1908), guapa sirvienta de orígenes campesinos, y João María Espanca (1866-1954), de profesiones varias: pintor, anticuario, fotógrafo y pionero de las proyecciones cinematográficas en el país luso; casado con Mariana do Carmo Inglesa Toscano (1864-1925), mujer estéril que (siguiendo costumbres de la época) de mutuo acuerdo con su marido consiente que este tenga descendencia con su amante; hijos ilegítimos y hermanos biológicos, Florbela y Apeles Demóstenes da Rocha (nacido el 10 de marzo 1897), que la esposa amadrina. Aunque Antonia trabaja en la misma casa (sita en la rua da Corredoura), el contacto familiar con sus hijos sólo existió en los meses del periodo de lactancia y en los años de la primera infancia, lo que no impidió que los pequeños tuvieran una niñez feliz y despreocupada como reconoce la propia autora, a ello pudo favorecer que tanto Antonia, la madre natural, como Mariana, la madrina y posterior madre adoptiva, mantienen una buena relación. 

A una edad precoz, (desde los primeros pasos, el padre siempre alentó su formación), en octubre de 1899, antes de cumplir los cinco años, Florbela asiste al parvulario de la escuela primaria de Vila Viçosa donde completa todo el primer ciclo formativo de educación general básica. Aprende música, pintura y lee con pasión. Si adelantada es en las aulas no menos será en la literatura; su primera composición poética "A vida e a morte" se fecha en noviembre de 1903, de marcado carácter melancólico y confesional, tono que mantendrá a lo largo de todos sus escritos; al año siguiente 1904, se registran un soneto sin título, posiblemente dedicado a su hermano Apeles, y un poema de celebración por el cumpleaños de su padre. En 1907 escribe su primer cuento "¡Mamá!" Firma estos incipientes textos con el nombre de Flor d'Alma da Conceição. Como un mal presagio a su primer cuento le sigue su primera gran tragedia emocional, en 1908 a los 29 años fallece su madre Antonia da Conceição, víctima de una enfermedad desconocida que el certificado de defunción define como neurosis. Desde ese momento, sin ningún tipo de cortapisas, Florbela y Apeles van a ser adoptados y criados por el matrimonio João María y Mariana, sin faltarles el cariño, pero sí el reconocimiento legal en una sociedad que penaliza y estigmatiza a los hijos bastardos: el padre, casi por insistencia popular, reconocerá a la hija 18 años después de su muerte; ¡échale cuajo al hombre! 

A medias entre los intereses profesionales del padre y, también, por facilitar el progreso educativo de los hijos, la familia se domicilia en Évora. Instaurada la República Portuguesa el 5 de octubre de 1910 (dato relevante para entender el siguiente paso), Florbela ingresa en la Escuela Masculina André de Gouveia (una chica en un colegio de chicos, hecho anómalo para la época). Su formación, apoyada por horas de lectura en la nutrida biblioteca del centro, avanza; lectora voraz (pasión que la acompañará toda su vida, no así como sus maridos y amantes), lee a los grandes autores portugueses; aprende francés y español cuyas literaturas enriquecen su curriculum. En 1911 comienza a salir con un compañero de pasillos y recreos, Alberto de Jesús Silva Moutinho (1893-1961), primeros amores juveniles, sentimientos inestables de ida y vuelta, hoy estoy contigo, mañana escribo cartas y poemas a otro y si soy rechazada volvemos a juntarnos. El 8 de diciembre de 1913 (día de su 19 cumpleaños), Alberto y Florbela contraen matrimonio civil en el pueblo natal de la novia Vila Viçosa, ceremonia familiar e íntima. Los esposos se mudan a Redondo, población de la Serra de Ossa, allí abren un pequeño colegio, dan clases particulares, en fin, se malganan la vida enseñando. En 1915 las penurias económicas obligan a la pareja a regresar a Évora. Se acomodan en casa de su padre João María, con quien comparte el gusto por la fotografía (posa como modelo), y retoma la pasión fraternal que la une a su hermano. Por enchufe paterno, encuentra trabajo como profesora de lengua y literatura portuguesa en un colegio. Durante todo este tiempo Florbela no deja de estudiar y sobre todo de escribir. Durante año y medio, bajo el título Intercambiando miradas, elabora una colección de 85 poemas y 3 cuentos que se queda sin ver la luz de la imprenta, pero supondrá los cimientos de futuras creaciones. En 1916 publica el soneto "Crisantemos" en la revista Modas y Bordados, entabla amistad epistolar con su subdirectora Julia Alves y se abren las puertas a nuevas colaboraciones en los periódicos "Noticias de Évora" y "Voz Pública". Se propone escribir un extenso poema patriótico denominado Alma de Portugal, plan que queda en un simple esbozo. Todo a su alrededor indica el comienzo de una vida literaria.   

Terminado el curso complementario de letras en la escuela secundaria, aunque la hubiese gustado seguir ampliando conocimientos en la misma materia, sin embargo, en octubre de 1917, Florbela se matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa; se convierte en una de las mujeres pioneras alumnas de dicha escuela (tan sólo 14 mujeres entre los 347 estudiantes matriculados). Los gastos de estudios y estancia en la capital portuguesa son sufragados por su padre João María (que volvemos a repetir, nunca escatimó apoyos en la formación de sus hijos). El alejamiento geográfico de su esposo (que encuentra trabajo en el Algarve) abre las primeras grietas dentro del matrimonio. En Lisboa, Florbela toma el pulso a la vida bohemia, libera sus costumbres sociales, conoce a otros poetas, contacta con un grupo de escritoras que reivindican los derechos de la mujer, colabora en revistas y periódicos, solidifica los cimientos de sus aspiraciones literarias. 1919 constituye un año muy importante en la vida de la poeta; bajo la supervisión del periodista, escritor, intelectual y agitador cultural Raul Proença (1884-1941) publica su primer poemario el Livro de Mágoas (Libro de las penas), composiciones dedicadas a su padre y su hermano en las que están presentes el dolor, la nostalgia, el rechazo, la tristeza, sentimientos autobiográficos recurrentes a lo largo de su obra; la tirada de doscientos ejemplares se agotó al poco de salir. Su debut literario es la cara amable de la moneda, la cruz es un aborto involuntario que frustra su deseo de ser madre y deja una marca imborrable de secuelas psicológicas. Diagnosticada de neurastenia grave (enfermedad heredada de su madre), con el propósito de recuperarse del agotamiento físico, la depresión, la ansiedad, el insomnio y la infección de ovarios y pulmones consecuencia de la interrupción espontánea del embarazo, se traslada a descansar a Quelfes (concejo de Olhão, en el Algarve) donde su marido ejerce de profesor. El reencuentro termina por socavar la muy deteriorada relación de la pareja. Desencantada, presa de una fuerte inestabilidad anímica, Florbela regresa a Lisboa donde prosigue con sus estudios de Derecho que interrumpirá definitivamente a mediados de 1920, dejando la carrera inconclusa. En 1921, Alberto y Florbela hacen oficial su divorcio, salvando obstáculos y rechazos porque, aunque en Portugal el divorcio es legal, no es habitual y socialmente está mal visto. Aprovechando la ola, el 9 de noviembre de 1921 su padre João Maria se divorcia de su primera esposa Mariana do Carmo, que enferma había consentido los amores del marido con una de las sirvientas, Henriqueta de Almeida con quien se casará el 4 de julio de 1922.  Florbela apreciaba mucho a Henriqueta, quien con el paso del tiempo acabaría siendo la heredera universal de los derechos de autor de su obra. Una vez libre de ataduras matrimoniales, el 29 de junio de 1921, en el Registro Civil de la ciudad de Oporto, Florbela Espanca contrae segundas nupcias con António José Marques Guimarães (1895-1981), alférez de artillería de la Guardia Republicana; desde antes de la boda, la pareja mantenía una relación furtiva de apasionados encuentros. Después de una corta estancia en Matosinhos, donde la escritora es tratada por el doctor teniente de la Guardia Republicana Mário Pareira Lage (1893-1967); al año siguiente (1922), Guimarães solicita su traslado a Lisboa, atendida la petición, previo paso por Amadora, en la capital sirve en el Ministerio de Guerra como jefe de gabinete del ministro del Ejército.

Instalados en Lisboa, Florbela y Mário residen en diferentes direcciones sin demasiados lujos, los ingresos dan para alquilar lo que se puede. Él trabaja, abriéndose paso, en sus labores burócratas-militares y ella da clases particulares. El matrimonio comienza a naufragar, la pasión se diluye en una tempestad de reproches (Guimarães acusa a la esposa de entorpecer su carrera con su comportamiento licencioso, Espanca censura al marido el menosprecio de su actividad literaria), disputas que, a veces, demudan en  encendidas broncas y posibles malos tratos; el alférez es hombre de temperamento bravo y la escritora mujer que no se amedrenta. El 1 de agosto de 1922, en la recién creada revista Seara Nova publica un soneto dedicado a Raul Proença, uno de los intelectuales fundadores. En enero de 1923, financiada la edición por su padre João Maria, alumbra su segundo poemario el Livro do Sóror Saudade, en un principio dedicado a su presente esposo, pero al final la dedicatoria fue suprimida, la obra recibe una buena acogida de la crítica literaria. Posteriormente, semanas después, Florbela sufre un nuevo aborto que socaba su precaria salud. Por recomendación médica se muda a Gonça a pocos kilómetros de la ciudad de Guimarães, allí se reencuentra con el doctor Mário Pereira Lage, que la invita a vivir en su casa de Esmoriz. Un nuevo divorcio entierra el matrimonio con António José. Si su primera separación conyugal fue traumática, esta segunda supone un escándalo social bochornoso, ¡hasta dónde vamos a llegar!, durante dos años rompe relaciones con su familia, en concreto con su padre con quien se deja de hablar. En 1925, después de un año de convivencia extramatrimonial, se casa con el doctor Mário Pereira Lage, la ceremonia nupcial se celebra primero en la Oficina del Registro Civil de Matosinhos y unos días más tarde se refrenda en la Iglesia do Bom Jesús de la misma ciudad; este su tercer matrimonio es el único de carácter religioso. La pareja se acomoda en la casa de los suegros de ella en Matosinhos. Florbela, con la intención de no echar a perder su nueva unión, intenta comportarse como una esposa tradicional, deja de escribir y se dedica a hacer traducciones de novelas del español y el francés para la editorial Civilização de Oporto. Pero la vida tranquila, hogareña, monótona no va con ella y se siente frustrada; añora el guirigay bohemio de la capital: los cafés, las tertulias, los bailes, los garitos de fado, las manifestaciones políticas, etc. 

1927 es el año del inicio del vía crucis. La autora comienza a colaborar con el periodico D. Nuno de Vila Viçosa dirigido por José Emídio Amaro, a quien por carta confiesa que está buscando editor para su poemario Charneca em Flor, pero no encuentra (como el resto de su obra será publicado después de su fallecimiento). Un mes después, a las 14:30 del 6 de junio, en un vuelo de pruebas, el hidroavión que pilota Apeles Espanca se precipita a las aguas del Tajo entre Porto Brandão y Trafaria, (¿accidente o suicidio?, según el gusto romántico de cada cual); el cuerpo del joven piloto del Servicio Aeronáutico Naval no se recuperará nunca. La tragedia de su hermano supone para Florbela un mazazo devastador, pierde a su espíritu gemelo, el inspirador de su trabajo, el niño a quien cuidó desde la muerte de su madre, el refugio de sus inseguridades, el amigo que fue mucho más que un hermano. "Lloro mi mayor amor, mi orgullo, la mitad de mi alma. Perdimos mucho, padre, perdimos mucho. Es una sombra de luto que nunca podrá abandonarnos", escribe a su padre. Salen a la superficie unos pocos restos de la nave y dos flotadores que ella conservará más allá de su muerte. En homenaje al ser querido víctima del naufragio escribe As máscaras do destino, un libro de cuentos. Se agravan sus dolencias nerviosas, empeora la crisis depresiva, a la enfermedad psíquica se suman problemas físicos, aumenta el consumo de tabaco y alcohol, aparecen síntomas incipientes de problemas pulmonares. Pierde el interés por la vida, ni siquiera puede agarrarse al asidero del matrimonio, muy al contrario, se sospecha que su marido Mário Pereira Lage mantiene, desde hace tiempo, una relación extramarital con otro hombre. Durante el verano de 1928 es posible que se anote su primer intento de suicidio. 

En 1930 comienza a escribir el Diario do último ano, anotaciones cortas entre la autobiografía y la literatura en las que deja testimonio honesto de como se siente y como se ve a sí misma. Mantiene correspondencia con el profesor italiano visitante de la Universidad de Coimbra, Guido Batelli, quien se interesa por publicar Charneca em Flor con la esperanza de que el interés se transforme en hechos; Florbela se dedica a revisar y preparar la citada obra. Se la diagnostica un edema pulmonar, más dolor al dolor, más sufrimiento al sufrimiento, más degradación anímica al frágil equilibrio anímico. Posiblemente a finales de octubre o principios de noviembre se produce otro intento de suicidio. En su casa de Matosinhos, el 8 de diciembre de 1930, día de su 36 cumpleaños, a las 2:00 de la madrugada se marcha a su cuarto a acostar con la orden tajante de que nadie la moleste (ni siquiera su esposo) hasta la mañana siguiente. Llena la habitación de flores, se tumba en la cama y se toma dos botellas del barbitúrico Veronal: una sobredosis letal que le produce un sueño del que nunca despierta. Respetando sus últimas disposiciones, cubierta de flores y junto a los restos rescatados del naufragio de su hermano, es enterrada en el Cementerio de Sendim (Oporto); en la primavera de 1964 su cuerpo fue definitivamente trasladado al cementerio de Vila Viçosa su ciudad natal.    


¡Yo quería ser Mar de altivo porte

Que ríe y canta, la vastedad inmensa!

¡Yo quería ser Piedra que no piensa,

La piedra del camino, ruda y fuerte!

¡Yo quería ser el Sol, la luz intensa,

El bien del que es humilde y no tiene suerte!

¡Yo quería ser arboleda tosca y densa

¡Que se ríe del mundo y de la muerte!

Más el Mar también llora de tristeza…

Los árboles también, como quién reza,

abren, al cielo, su brazos, como creyente!

¡Y el Sol altivo y fuerte, al fin del día,

tiene lágrimas de sangre y agonía!

¡Y a las Piedras… las pisa toda la gente!…


Florbela Espanca (Livro de Mágoas, 1919)