viernes, 13 de agosto de 2010

“JIMMY CORRIGAN, EL CHICO MAS LISTO DEL MUNDO”.


Si barajas sus hojas a la velocidad de un tahúr las viñetas se convierten en un jeroglífico de movimiento complejo, no es éste por tanto el mejor modo de acercarnos a esta historia de soledad, rechazo y búsqueda del amor filial, cuya trama argumental (más sorpresiva que sorprendente) es parcelaria y puzzelesca; se solapan los sueños y los deseos con la realidad, el ayer con el ahora; se superponen personajes de distintas épocas sin dejar de compartir un gen común que une sus existencias y las explica y las justifica. Al final, después de tanta sinuosidad vital la narración toma el camino recto y los retales se van uniendo hasta confeccionar un tapiz lo suficientemente despejado como para dejar al lector contento consigo mismo y con los euros invertidos en la adquisición del libro.
    Su lectura atenta (si deseamos que sea provechosa obliga al lector a no relajarse) no me ha hecho gracia (porque quizás no pretende ser gracioso), ni me ha conmovido (porque quizás no pretenda conmover), posiblemente estas dos percepciones, la ausencia de trampas humorísticas y sentimentales, junto con el dibujo de claro geometrismo sean las virtudes esenciales por las que me he mantenido atrapado en sus páginas; eso sí, provisto con una buena lupa para poder interpretar los textos de los bocadillos a veces absolutamente ininteligibles.
  Un buen comic.