sábado, 30 de junio de 2012

SERGIO VILA-SANJUÁN; “CÓDIGO BEST SELLER”.

Puntualicemos: el best seller es un libro de gran éxito comercial, vende ejemplares como churros y llega a miles de lectores. No importa ni la calidad ni el género, importa el número. Un best seller en contadas ocasiones consigue simultáneamente el aplauso de la crítica y el entusiasmo del público alcanzando el orgasmo literario absoluto. El acreditado periodista cultural, crítico y novelista barcelonés Vila-Sanjuán en este trabajo loable y necesario nos introduce, a los más o menos yonquis de la lectura en vena, en los entresijos del tan cacareado subgénero de subgéneros, camino lleva de convertirse en un género por sí mismo, y establece un canon propio, menú para todos los gustos, porque cualquier paladar que se precie, por muy refinado y exquisito que sea, ha degustado alguno de los libros que se citan. 

 Rastreando la historia del best seller encontramos muestras en la Edad Media: “La leyenda dorada” de Santiago de la Vorágine, hagiografía de la vida de santos y mártires, obra distribuida por cientos de ejemplares copiados a mano. En los siglos XVI y XVII: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes, posiblemente se pueda considerar como el primer gran éxito de ventas internacional, el antecesor al cuerno de la abundancia que persigue toda la industria editorial actual, el best seller global. En el siglo XVIII: “Las cuitas del joven Werther” de Johann Wolfgang von Goethe, novela epistolar adscrita al movimiento romántico, levantó pasiones y desencadenó una ola de suicidios por desamor. Y andando el camino desembocamos en los albores del siglo XIX: “Ivanhoe” de Walter Scott mascarón de proa del best seller moderno y padre de la novela histórica contemporánea; a lo largo de la decimonona centuria se desarrollará el folletín, una marca literaria, un estilo cuyas técnicas heredarán los autores superventas de tiempos posteriores. Sorprende a éste que escribe, como supongo chocará a otros conocedores del texto, que el mayor best seller español del siglo XIX sea “El criterio” de Jaime Balmes. A medida que se incrementa la alfabetización, la lectura se extiende entre las clases populares y el libro gana terreno ocupando los instantes o momentos de ocio. Los avances industriales y tecnológicos traen de la mano la revolución lectora. El libro al alcance de todos; ejemplo: las obras del célebre Charles Dickens se venden incluso en las estaciones de tren. Nacen los grandes mitos de la literatura popular, Sherlock Holmes y Drácula encabezan la lista de celebrities. En 1895 Harry Thurston Peck, crítico y editor de la revista literaria norteamericana The Bookman publica una lista mensual con los libros más vendidos en USA, supone el embrión de las listas de los libros más vendidos tal como las conocemos hoy.

En el mundillo cultural de alto copete existe la tendencia (o así parece) a denostar o devaluar todo lo que huela a best seller (término que se utiliza de forma despectiva), despachándolos como un producto artificial, elaborado con exclusivo afán comercial pisoteando la calidad literaria; y aunque si bien, en esta época de industria mercantilista y poder publicitario el mercado impone la demanda, no es seguro que el márquetin por sí mismo pueda levantar un superventas. Según el autor, las claves del éxito se encuentran entre estas razones: firme apuesta editorial, recomendación de algún famoso o personaje con audiencia, adaptación al cine o televisión, escritor mediático, lanzamiento rimbombante de un escritor reconocido, buena autopromoción, premios literarios, factores de escándalo sociopolítico, temas de actualidad y en menor medida la crítica en revistas y espacios especializados; subraya ejemplos de superventas que fueron resultado de cada uno de estos factores. 

En la segunda parte del ensayo se constituye el canon personal de best seller, setenta libros de setenta autores resumidos, reseñados, contados con hábil pluma, suficiente para provocar el interés del lector sin desnudar secretos. Este Asno ha sucumbido a la tentación de confeccionar su lista de elegidos, seleccionando veinte de entre los setenta. Aquí quedan, ordenados por fecha de publicación: 
1844 - Alejandro Dumas; “Los tres mosqueteros”. 
1872 – Julio Verne; “La vuelta al mundo en 80 días” 
1892 – A. Conan-Doyle; “Las aventuras de Sherlock Holmes”. 
1922 – Herman Hesse; “Siddhartha”. 
1930 – Pearl S. Buck; “Viento del Este, viento del Oeste”. 
1939 – Georges Simenon; “Los sótanos del Majestic”. 
1943 – A. de Saint-Exupéry; “El principito”. 
1952 – Ernest Hemingway; “El viejo y el mar”. 
1953 – José María Gironella; “Los cipreses creen en Dios”. 
1957 – Boris Pasternak; “Doctor Zhivago”. 
1963 – Morris West; “Las sandalias del pescador”. 
1967 – G. García Márquez; “Cien años de soledad”. 
1969 – Henri Charriere; “Papillón”. 
1971 – Frederick Forsyth; “ Chacal”. 
1975 – Lapierre & Collins; “Esta noche la libertad”. 
1981 – A. Vázquez-Figueroa; “Tuareg”. 
1984 – Patrick Süskind; “El perfume”. 
1990 – Michael Crichton; “ Parque Jurásico”. 
2001 – Carlos Ruiz Zafón; “La sombra del viento”. 
2006 – Stieg Larsson; “Trilogía Millennium”. 
 
En este quién es quién del best seller, frase tópica al canto, no están todos los que son, pero sí son todos los que están, puede que falten muchos pero no sobra ninguno. Por mor de las modas o de los gustos del público soberano la calidad de los títulos es desigual (aunque todos viajan en el mismo tren de los superventas, no todos lo hacen en la misma clase), cuan diferente la temática. Algunos denunciaron injusticias, crearon escuela, abrieron caminos a otras literaturas, fundaron subgéneros, fomentaron vocaciones y removieron conciencias. En la mayoría de ellos prima el contenido sobre la forma con el evidente propósito de distraer. Lectura lúdica dirigida a un gentío amplio. Libros de toma pan y moja para disfrutar, gozar y leer por placer, arrinconando la obligación, los prejuicios intelectuales y los refinamientos pedantescos. ¿Quién no ha leído o ha oído hablar o ha visto al menos uno de estos best seller? Para que los conozcamos más y mejor, para que sepamos quiénes son, cómo son y qué nos ofrecen. Para los iniciados o no iniciados o para los que desean iniciarse, ésta es una muy buena guía. 

Leer es un arte: crea, cambia, forma, informa, libera, construye sueños y sobre todo entretiene. Atrevámonos, quizás alguno de estos títulos acabe formando parte de nosotros.