Todos hemos recorrido calles dudosas
con escasa luz y mucha lluvia.
Todos hemos soportado ese pesar
que quien te mira cree exagerado.
Todos hemos visto cerrarse una puerta
creyendo que no se volverá abrir jamás.
Todos nos hemos roto vencidos
por los escollos de la rutina diaria.
Todos hemos sentido la añoranza de un recuerdo
florecido de palabras con olor a mayo.
Todos hemos vivido un instante de verdad
en el infierno de la desazón.