martes, 11 de agosto de 2015

TRIBULACIONES (XVII)

Fiesta: 

Ceremonia histórica de recreación de símbolos. Sello de identidad cultural que valora la experiencia de lo vivido por sí mismo sobre la reflexión conceptual de lo pensado. La emoción sustituye a la reflexión. Percepción sagrada de un momento mundano que se enfrenta a la transcendencia de lo eterno. Vivencia, necesidad espiritual y sacra que celebra la llegada, encuentro y reencuentro con los otros participantes del rito. Socialización sana. Necesidad expansiva de compartir la alegría, exteriorizar los sentimientos optimistas, vidas y vivencias plasmadas en gestos de celebración; se pintan las fachadas, se decoran las calles, se asean las plazas y se estrenan trajes nuevos. Plataforma de gozo ameno, manifestación colectiva y expresión cultural de un pueblo. Participación activa y diversa: sin participación no hay acto festivo; se canta, se baila, se juega, se actúa. 

Preservación de valores folklóricos, expresión de tradiciones y costumbres. Símbolo de esperanza, regocijo y gratitud por el regalo de la vida. Marca transición de etapa. El mundo temporal estructura la vida en función de la celebración, sacralizando bienes que dan sentido a una sociedad, desjerarquiza lo cotidiano; contrapone ocio a trabajo, liberación a represión, cambia el orden: frente a la oficialidad del orden vertical, la subversión del orden horizontal. Ruptura del ritmo diario que supone renovación de vínculos comunitarios. 

Toda fiesta bien vivida satisface una necesidad espiritual, social o simplemente lúdica, que demuestra el grado de madurez humana de un pueblo.