martes, 22 de septiembre de 2015

CUENTO ÍNFIMO.15

Hacía meses, quizás un año ya, que no dormían juntos, ni compartían habitación. Empezó a llorar, se tapó la cabeza con la sábana y escondió la cara entre la almohada. Conteniendo el sollozo, se levantó de la cama, cogió un cigarrillo del paquete que sobrevivía encima de la mesilla y lo encendió. Se sentó en el alfeizar de la ventana abierta, mirando un cielo oscuro parco en estrellas. Aún húmedos los ojos, fumando un cigarro tras otro vio amanecer. 

Ninguno de los momentos vividos con él era tan hermoso como aquel amanecer.