lunes, 25 de agosto de 2025

CUENTO ÍNFIMO.66

EL REDENTOR

Confundió a Satanás con un alma en pena vagando atormentada por garitos inmundos, buscando reparación de sus pecados. Con el fin de liberarle de su condena y devolverle la fidelidad a Dios, le rociaba con agua bendita y le leía vidas de santos. El ánima sobrehumana del maligno se sentía atribulada, con el cabello limpio de olor a azufre y empachado de aquellas vigorosas biografías que le producían pesadillas.