A Talía
Tornadiza
la serpentina
en su rasgar por rasgar
saca voz al violín 
con mano santa.
 De entrada tres perogrulladas hay que escribir de esta obra: ha sido explotada hasta la saciedad (radiocomedia, cinco libros, serie de televisión, película, comic, videojuego, prendas y cacharros varios) ergo nada queda por descubrir; segundo, pertenece al género de la ciencia ficción, caricaturesca y bufa todo lo que se quiera pero pura ci-fi, sin nada que envidiar a otras obras hermanas de naturaleza que pasan por más sesudas; por último, la Guía del Autoestopista Galáctico es una especie de Wikipedia cachonda del cosmos contenida en un, más o menos, e-book, actual a tope.
De entrada tres perogrulladas hay que escribir de esta obra: ha sido explotada hasta la saciedad (radiocomedia, cinco libros, serie de televisión, película, comic, videojuego, prendas y cacharros varios) ergo nada queda por descubrir; segundo, pertenece al género de la ciencia ficción, caricaturesca y bufa todo lo que se quiera pero pura ci-fi, sin nada que envidiar a otras obras hermanas de naturaleza que pasan por más sesudas; por último, la Guía del Autoestopista Galáctico es una especie de Wikipedia cachonda del cosmos contenida en un, más o menos, e-book, actual a tope. Donde digo Diego digo Frida, donde digo Frida digo Diego y donde digo Frida y Diego digo Méjico. Dos nombres unidos por la vida, por el arte y por el mito, símbolo y señal de la imagen artística de un país.
Donde digo Diego digo Frida, donde digo Frida digo Diego y donde digo Frida y Diego digo Méjico. Dos nombres unidos por la vida, por el arte y por el mito, símbolo y señal de la imagen artística de un país. 
  Uno de los indicadores externos a nuestra persona que mejor nos muestra el paso del tiempo es el envejecimiento, el deterioro físico (en el menos malo de los casos) y la desaparición (en el peor) de familiares, amigos y conocidos; los únicos que (salvo contadas excepciones) esquivaban esta percepción son y eran nuestros héroes de ficción que siempre permanecen jóvenes, intemporales, inmunes al desgaste vital, tocados por el elixir de la eterna juventud, vivitos y coleando añadiendo páginas a su sobrehumana existencia. No ha sido éste, por fortuna, el destino del Capitán Trueno. Después de una vida intensa de aventuras en defensa de los más débiles y reparando la justicia allí donde haya sido mancillada, el noble caballero cruzado, viudo de su amada Sigrid, pasa la senectud retirado en su castillo del Ampurdán, de donde saldrá para, junto a sus inseparables Crispín (adulto y casado) y Goliath (las canas no le han hecho perder el apetito) emprender el último combate. Su muerte y posterior funeral quedan envueltos en la magia de las leyendas, en la épica de los mitos; hermoso final para una postrera aventura quizás demasiado simple, que a mí me hubiese gustado más intensa y larga. No he podido evitar una lagrimita de congoja. ¡Hasta siempre amigo!
Uno de los indicadores externos a nuestra persona que mejor nos muestra el paso del tiempo es el envejecimiento, el deterioro físico (en el menos malo de los casos) y la desaparición (en el peor) de familiares, amigos y conocidos; los únicos que (salvo contadas excepciones) esquivaban esta percepción son y eran nuestros héroes de ficción que siempre permanecen jóvenes, intemporales, inmunes al desgaste vital, tocados por el elixir de la eterna juventud, vivitos y coleando añadiendo páginas a su sobrehumana existencia. No ha sido éste, por fortuna, el destino del Capitán Trueno. Después de una vida intensa de aventuras en defensa de los más débiles y reparando la justicia allí donde haya sido mancillada, el noble caballero cruzado, viudo de su amada Sigrid, pasa la senectud retirado en su castillo del Ampurdán, de donde saldrá para, junto a sus inseparables Crispín (adulto y casado) y Goliath (las canas no le han hecho perder el apetito) emprender el último combate. Su muerte y posterior funeral quedan envueltos en la magia de las leyendas, en la épica de los mitos; hermoso final para una postrera aventura quizás demasiado simple, que a mí me hubiese gustado más intensa y larga. No he podido evitar una lagrimita de congoja. ¡Hasta siempre amigo! Si la construcción de la Europa moderna ha sido y continúa siendo una misión titánica, no lo es menos la lectura de este ensayo histórico de dimensiones ciclópeas que exige tiempo y supeditar las prisas al conocimiento; requerimiento obligado para salir de la II Guerra Mundial y la división de Europa en Este y Oeste y llegar a la unificación del Euro y la ampliación de la Comunidad Europea; del crimen, la represión y el sufrimiento a la esperanza de un futuro de justicia, democracia y libertad. Junto a la política se mueven por estas páginas la cultura, el arte, la moda, el deporte, la economía, la religión,.. todo aquello que compone el ser europeo. Magnífico, didáctico, esclarecedor, catártico y, en algunos puntos, discutible libro. Merece la pena la travesía.
Si la construcción de la Europa moderna ha sido y continúa siendo una misión titánica, no lo es menos la lectura de este ensayo histórico de dimensiones ciclópeas que exige tiempo y supeditar las prisas al conocimiento; requerimiento obligado para salir de la II Guerra Mundial y la división de Europa en Este y Oeste y llegar a la unificación del Euro y la ampliación de la Comunidad Europea; del crimen, la represión y el sufrimiento a la esperanza de un futuro de justicia, democracia y libertad. Junto a la política se mueven por estas páginas la cultura, el arte, la moda, el deporte, la economía, la religión,.. todo aquello que compone el ser europeo. Magnífico, didáctico, esclarecedor, catártico y, en algunos puntos, discutible libro. Merece la pena la travesía. 
   ¿Quién es Svejk?, se pregunta el lector a lo largo y ancho de setecientas veintiséis páginas, ¿un idiota?, ¿un cínico?, ¿un bobo?, ¿un pícaro?, ¿un listillo al que la suerte le sonríe cuando las circunstancias parecen volverle la espalda?, en todo caso es un bufón inmortal del que me declaro rendido admirador y alumno aplicado. Irónico, ácido, crítico y sardónico hasta llegar al filo de la crueldad. Por encima de un alegato contra la guerra o un manifiesto antibelicista, más parece un cuadro literario de El Bosco en el que se refleja, sin paños calientes pero con humor, esa condición que tanto abunda en la especie humana: la estupidez...
¿Quién es Svejk?, se pregunta el lector a lo largo y ancho de setecientas veintiséis páginas, ¿un idiota?, ¿un cínico?, ¿un bobo?, ¿un pícaro?, ¿un listillo al que la suerte le sonríe cuando las circunstancias parecen volverle la espalda?, en todo caso es un bufón inmortal del que me declaro rendido admirador y alumno aplicado. Irónico, ácido, crítico y sardónico hasta llegar al filo de la crueldad. Por encima de un alegato contra la guerra o un manifiesto antibelicista, más parece un cuadro literario de El Bosco en el que se refleja, sin paños calientes pero con humor, esa condición que tanto abunda en la especie humana: la estupidez...